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9788416845361

NO CONFUNDAS

9788416845361

PRINCIPIOS ESENCIALES PARA ARDER SIN QUEMARNOS Y ALUMBRAR SIN GASTARNOS

Editorial EDITORIAL CLIE
Encuadernación: Rustica con solapas
Páginas: 184
Tamaño: 150mm X 230mm

Descripción del libro El cuerpo de la obra, -estructurada en 3 partes y 35 capítulos, incluyendo una Introducción y un Epílogo-, sigue la eficaz técnica d

Información Extra
Descripción del libro El cuerpo de la obra, -estructurada en 3 partes y 35 capítulos, incluyendo una Introducción y un Epílogo-, sigue la eficaz técnica del relato. Un relato que José Luis Navajo abre con estas emotivas palabras: "Conozco el color de la sonrisa del pastor y distingo también el sabor de sus lágrimas. Amo escribir para ellos porque los amo a ellos: Siervos generosos de sí mismos, abnegados e infatigables, obedientes a una llamada que a menudo los excede. Las páginas que siguen no pretenden más -ni tampoco menos- que poner en negro sobre blanco las conclusiones que extraje de las charlas con quienes ocupan la primera línea de fuego. Hemos hablado de sus sueños e ilusiones, también de sus desvelos y heridas. El néctar extraído de esos diálogos fue la tinta usada para convertir mil conversaciones en una sola historia: la que estás a punto de leer". Y a continuación, con su hábil pluma y probada maestría, nos narra la experiencia de un pastor que se pregunta abrumado: "Jamás había considerado la posibilidad de que la iglesia pudiera convertirse en un ladrón de padres o de esposos... Nunca lo hubiera imaginado, pero eso era exactamente lo que percibían Judith y Andrés. Tal vez debería dejar el ministerio. Sería mejor dedicarme a otra cosa. Mi familia se rompe. Todo fue una quimera, una falsa ilusión; no es para mí esta vida". Tras un duro enfrentamiento generacional con su hijo y un ultimátum de su esposa, decide tomarse unos días de descanso en un pequeño pueblo de la costa para reflexionar. Allí conoce a un venerable anciano, de nombre Bernabé, pero apodado "el viejo cuentacuentos", que se dedica a contar a los niños historias con lecciones morales. Pronto descubre que las historias del viejo cuentacuentos van desvelando, una tras otra, importantes lecciones sobre grandes errores cometidos en su ministerio y que están a punto de arruinar su vida. Cada una de ellas concluye con una frase magistral, un rotundo NO CONFUNDAS, que da pie a cada capítulo del libro: NO CONFUNDAS una vida cargada de años con años cargados de vida. NO CONFUNDAS estar a disposición con ponerte de exposición. NO CONFUNDAS víctima con verdugo. NO CONFUNDAS lo que ves con lo que es. NO CONFUNDAS espera con pérdida de tiempo. NO CONFUNDAS errar con fracasar. NO CONFUNDAS gracia con desgracia. NO CONFUNDAS un punto y aparte con punto y final. NO CONFUNDAS difícil con imposible. NO CONFUNDAS prudencia con miedo. NO CONFUNDAS el silencio de Dios con ausencia de Él. NO CONFUNDAS estar activo con ser efectivo. NO CONFUNDAS ser con hacer. NO CONFUNDAS ser siervo de Dios con ejecutivo de iglesia. NO CONFUNDAS dar con darte. NO CONFUNDAS atender necesidades con satisfacer caprichos. NO CONFUNDAS función con misión. NO CONFUNDAS vencer con convencer. NO CONFUNDAS tradición con convicción. NO CONFUNDAS autoridad con poder. NO CONFUNDAS apariencia con esencia. NO CONFUNDAS oscuridad con ausencia de luz. NO CONFUNDAS aptitud con actitud. NO CONFUNDAS adversidad con oportunidad. Y concluye con estas palabras, no menos emotivas, que pone en boca de su protagonista: "En la noche uno se hace mil preguntas. ¡Cómo son las noches del alma! Ejércitos de interrogantes se dan cita e invaden la mente, que, baja de defensas, sucumbe al asedio. Pero al fin amanece y el sol devuelve a cada cosa su dimensión justa. Entonces descubrimos que las grotescas sombras que en la noche se asemejaban a brazos de esqueletos, no eran sino ramas cargadas de fruto, y aquel vacío negro que en la oscuridad nos parecía un abismo, era un pozo de agua cristalina dispuesto a refrescarnos. Pasará la noche y descubriré que ha sido el útero donde se ha gestado el más bello amanecer, y mientras ese momento llega me repetiré una y otra vez: No confundas No confundas"